con mi carne, con mis fluidos,
no me pertenecen;
en el aire quedará,
sólo por unos instantes,
residuo de mi pequeña muerte,
el aroma de mi cuerpo
y el suspiro de mi voz,
esencia de flor y ave
que la oscura realidad
empecinada esconde,
fragilidad que vaga libre
y jamás nadie poseerá.
La Tierra seguirá moldeando formas
que el Sol se encargará de colorear;
es juego de niños
aquel de los astros,
es juego divino
aquel tuyo y mío.
Jeimy
Muñoz Vergara
No hay comentarios:
Publicar un comentario