¿Quién eres tú, tan atento al reflejo emboscado en el espejo?
¿Éste o aquel?
A lo mejor eres un político cansado de sonreír y vestir a
todas horas ese traje que te luce tan bien. Hastiado de vivir enganchado a la
pirueta retórica...
A lo mejor uno de esos hombres que viajan de ciudad en
ciudad cuatro días por semana y hablan con sus hijos de noche y por teléfono.
Siempre extrañando la otra vida, la que no se puede pagar...
A lo mejor un payaso que hizo la maleta el domingo por la
mañana y se fue de casa sin mucho alboroto, ni despedirse de nadie, pensando en
regresar algún día pero sin mucha intención de hacerlo...
A lo mejor un loco. A lo mejor un enfermo. A lo mejor uno
que solo duerme bien a solas y en camas de hotel...
El lavabo deja bien claro que ocupas un lugar para un
rato: frascos de gel minúsculos, una pastilla de jabón del tamaño de un
medicamento, envoltorios de plástico, la
papelera aun precintada...
Ha de ser una hora para olvidar en mitad de la madrugada.
No podías dormir y en el cajón de la mesilla no encontraste más que una biblia.
Piensas que abrir un
libro al azar puede ser una forma que utiliza el destino para lanzar mensajes
secretos. Pero el mensajero duerme esta vez plácidamente. En algún lugar, lejos.
Bebiste una botella de agua con gas.
Tomaste el mando de la tv y enseguida desechaste la
opción, por absurda a esas horas. Teletienda. Tarot. Noticias.
Caminas descalzo por el cuarto.
Te pican los brazos y respondes con fruición.
Por fin descorres la cortina levemente, justo cuando estabas
barruntando la opción de retomar la excursión en el espejo del baño.
Lluvia y viento barren la Avenida. Reparas en las
ventanas del inmenso bloque amarillo de edificios. Todas apagadas menos una, donde el cambio
en la intensidad del color y la luz delatan un televisor en marcha.
Algún otro que no puede dormir. Algún otro que se vuelve loco por las noches.
Regresas a la cama, te derumbas sobre ella, te vas dejando
ir mientras repasas cientos de asuntos a la vez. El cansancio te derrota y dejas que te arrastre sin
oponer resistencia.
Pero escucha, aun no me has dicho quién eres tú, en esa
luz, en ese día.
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