Todos los besos que entregas son prestados
o robados. Dices te quiero por
contrato y a la velocidad de la luz.
De espaldas a la barra, triunfas bajos los
focos como una artista de variedades. Te sientan bien las luces cenitales y
opacas. Miras con descaro y te ofreces sin pudor.
Fijas el precio de un susurro, descruzas
las piernas sobre el taburete y avanzas de la mano del recién estrenado
cliente, dando a entender en cada golpe de cadera, lo que pueden esperar de ti.
Desfilas como una estrella fugaz, igual que
una margarita en espera del otoño, a la manera de una princesa olvidada...
Cada vez es todas las veces.
Los sueños que soñaste se pierden como
vilanos en el aire del atardecer.
Te entrego el dinero y aventuras un nombre
falso.
Mientras te desvistes pienso que,
no todo está perdido,
aun hay primavera en el fondo de nuestro corazón.
Foto: Rocío Brage
Foto: Rocío Brage
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