- ¿Sí?
- Hola
- ¿Quién es?
- ¿Quién soy?
- Sí
- ¿No te acuerdas de mí?
- No, la verdad.
- Pues es importante que te acuerdes de mi.
Teníamos un trato y hoy es el día.
-
- Prefieres olvidar, ¿no? Todos preferís
olvidar, pero eso no evita que llegue el día, la hora…
-
- Firmaste un contrato. Hay papeles con tu
letra. Te di todo lo que pediste, ahora tú debes de cumplir con tu parte…
- Pero…
- Por favor, no me hagas perder el tiempo.
No quiero discutir…
-
- Hoy tienes que marcharte. Punto.
- Debe de haber un error.
- Error, ¿qué error?
- Usted pregunta por M. L. D., ¿cierto?
- Sí, ¿no es usted?
- No
-
- El señor M. L. D. falleció.
-
-
- Entonces, ¿quién es usted?
- ¿Yo? ¿Quién soy yo?
- Sí
- El director de su banco. El dueño de esta
casa y todos los escasos bienes que aquí se contienen. ¿Y usted?
-
- ¿Oiga? ¿Sigue usted ahí?
-
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